Esta especie tiene su origen en el sur de Gales dónde fue descubierta a finales del siglo XIX. Se trata del resultado de un híbrido natural por dos coníferas, un ciprés macrocarpa y un ciprés de Nootka. De porte columnar y compacto. Su facilidad para adaptarse a cualquier tipo de suelo y clima lo hacen muy recomendable para su uso en jardinería, en especial en la formación de setos o la formación de figuras en arte topiaria.
Es muy importante realizar un abonado de fondo al realizar la plantación, esto ayudará a una mejora notable en el desarrollo de sus raíces y consecuentemente a la fortaleza de la planta.
Si bien se adapta a cualquier tipo de suelo se recomienda incorporar una mezcla de sustrato suelto incluso con una porción de arena de río. Esto mejorará la estructura de suelo.
No es un secreto que toda planta viva necesita de un mínimo de mantenimiento, en este caso es recomendable eliminar todas las malas hierbas que nazcan al pie de cada planta. Por ello se recomienda realizar una escarda periódica a fin de eliminar todos los intrusos que se vayan a aprovechar de los nutrientes disponibles para nuestro Leylandi.
Todas las plantas en general y las coníferas en particular tienen un enemigo común y es el exceso de riego o encharcamiento. Por ello se recomienda realizar una instalación de riego por goteo que proporcionará de manera uniforme la cantidad de agua necesaria.
Esta especie ha demostrado una resistencia superior a cualquier conífera a plagas y enfermedades, no obstante se recomienda aplicar con carácter preventivo un fungicida que evite la proliferación de cualquier hongo., en especial en zonas húmedas y calurosas.
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